Lógica, aburrimiento y vergüenza | La Lupa

Betis 2 – 1 Real Zaragoza

En Los Laureles del César una de las aventuras de los galos nacidos de la pluma de Uderzo y de la genial creatividad de René Goscinny, Asterix busca la manera de entrar en el Palacio del César. Al ver salir a un individuo del interior, decide abordarle para preguntarle la forma de entrar en el palacio. Entonces Obelix le explica que su lógica no es correcta. El individuo sabe salir, pero nada demuestra que sepa entrar. Es un “saliente” pero no hay pruebas que sustenten que además sea un “entrante.” Una lógica aplastante.

Ese es uno de los encantos de la lógica., que existen tantos argumentos cómo posibles procesos deductivos. El partido ante el Betis se planteaba a priori con una lógica tan aplastante cómo la del bonachón galo de los tebeos. El equipo Sevillano está sumido en el pozo de la clasificación, sin juego, sin resultados y con los nervios a flor de piel. Por eso parecía lógico pensar que el paso de los minutos sólo podía beneficiar al Real Zaragoza y si éramos capaces de mantener nuestra portería a cero, la descomposición del Betis se aceleraría facilitando el juego de los Aragoneses.

Pero claro, hay un pequeño problema en esta argumentación. El que un equipo se venga abajo facilita el juego del otro siempre y cuando desee o sepa jugar. Pero los blanquillos no saben a qué juegan. Y a Juanfran le costó una sanción, pero afortunadamente a mí, no pueden sancionarme por decir la verdad. No jugamos a nada, no tenemos esquema, no atacamos y no sabemos defender. El planteamiento era el guión perfecto para un tostón de dimensiones bíblicas, con un juego lento, pesado, sin pisar las áreas, sobando la pelota hasta el tedio y a merced de lo que dictaran los acontecimientos.

En un primer momento la suerte se alió con el Real Zaragoza y en una falta bien tirada por D’alessandro, la mala colocación de Ricardo nos puso por delante en el marcador. Ninguno de los dos equipos había tenido hasta ese momento la más mínima intención de arriesgar nada y sin haber hecho mérito alguno para ir ganando el partido el Real Zaragoza se encontraba con los tres puntos en el bolsillo.

Pero una vez dado el primer paso para desarrollar la estrategia el Real Zaragoza continuó en el limbo de la más absoluta de las mediocridades. El abuso del juego lento y horizontal, las posesiones eternas sin peligro alguno para la portería de los andaluces y el sobeteo insustancial del balón convirtió el partido en un espectáculo simple y llanamente horroroso.

Y una vez más sucedió lo de tantas otras veces. De repente el rival, acuciado por la necesidad apeló a la heroica y empezó a usar lo único que le quedaba, la fuerza y las ganas de intentarlo y en el otro lado, lo de siempre: pasividad, apatía e incapacidad de reacción. El Betis luchó, pero sólo eso. No es un buen equipo y su juego debería haber podido ser perfectamente contrarrestado por un equipo que supuestamente aspiraba a estar en las posiciones altas de la clasificación. Pero al final los proyectos sólo son eso, hipótesis que dependen de los resultados para convertirse en realidad. Y la realidad es que este Real Zaragoza está total y absolutamente perdido. Es pura fachada que no se sustenta con los resultados.

A día de hoy no tenemos una alineación definida, quizá ahora a causa de las lesiones, pero cuándo no había lesiones tampoco la teníamos, no tenemos un esquema de juego claro, nos pasamos la vida hablando del rombo o del endecaedro poliédrico, no somos un equipo ofensivo pero tampoco somos un equipo serio en defensa. No demostramos solidez porque no sabemos remontar los resultados adversos y tampoco mantener los beneficiosos. Somos un magnífico convidado de piedra, el complemento necesario para poder jugar un partido que mientras no cambien las reglas debe enfrentar a once contra once.

Lo del Ruiz de Lopera fue una vergüenza. Un lamentable espectáculo y una clara muestra de cómo no deben hacerse las cosas. En mi modesta opinión, Víctor está absolutamente desbordado y no está sabiendo resolver los problemas que se le están planteando. El Real Zaragoza que hizo acto de presencia en Sevilla (porque jugar, no jugamos ni a la taba) ha sido un desastre, con una preparación física bajo mínimos, una desastrosa colocación en el campo, jugadores que hacen el mismo trabajo y se tapan y estorban, un planteamiento inconcebible, melindroso, sin ataque y dando enormes facilidades en defensa, desbordado y superado por un equipo deshecho que una vez más supo aprovechar el regalo de un Real Zaragoza simplemente patético.

Ya ni la indignación sirve de nada. Supongo que nuestro artista de las excusas, en una creativa rueda de prensa, habrá encontrado razones que expliquen el insultante espectáculo que nos ofrecieron ante el Betis, pero yo ni tan siquiera he tenido ganas de oírlas. No sé cuál es la solución pero me temo que esto necesita un giro radical, más hombres y menos nombres, menos excusas y gaitas tácticas y más fútbol. Basta ya, hombre, basta ya. Uno se cansa de que le tomen el pelo. Menos alardes, menos inventos y más ganas de trabajar. Ha llegado el momento de hacer borrón y cuenta nueva porque así no vamos a ninguna parte.

Por Gualterio Malatesta

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