El sexto sentido | La Lupa
Sporting 0 – 0 Real Zaragoza
El sexto sentido es una película norteamericana de 1999 dirigida por el realizador indio M. Night Shyamalan, sobre un guión original propio y que relata la experiencia que un psicólogo (Bruce Willis), que al tratar de ayudar a un niño, descubre la terrible verdad de los poderes sobrenaturales que éste posee. Esa cualidad sobrenatural es un don que le permite ver y escuchar a los espíritus atormentados que deambulan por el mundo, invisibles e intangibles, a los muertos. Es el “sexto sentido”, que acompaña a los de la visión, audición, olfato, gusto y tacto. El niño Cole (Haley Joel Osment en la pantalla), habría localizado rápidamente a un espíritu acomplejado, que vaga tristemente, sin alma y sin vida, por los estadios de la primera división española, a un muerto que cree estar vivo sin estarlo, el Real Zaragoza SAD.
Este sábado he visto el descenso y lo que conlleva delante de mis ojos. Ya sé que queda Liga, que los rivales también tienen problemas, pero comprobar que mi equipo no supera en ninguna de las parcelas del campo a un rival directo, como es el Sporting de Gijón, me ha dejado deprimido. El partido tendría que haberse jugado con la intensidad propia de una Final, con profundidad y buscando el gol en la portería rival, pero ese objetivo es una epopeya para el Real Zaragoza de Agapito. El dominio ficticio de la primera parte no significó que se tuviesen oportunidades. En cambio los gijoneses, en tres o cuatro hachazos, descubrieron las limitaciones inmensas de Paredes y de los centrales, más rígidos que un foco de La Romareda, y menos mal que, gracias a Toni Doblas y al desacierto de Barral se llegó al descanso con el marcador a cero.
En la continuación dejaron de existir los zaragocistas como supuesto equipo de fútbol, a merced de un muy superior Sporting, y Aguirre, tras comprobar que su apuesta por los dos atacantes (Braulio y Uche), obtuvo el efecto contrario, menor potencia atacante, decidió montar la Puerta del Carmen para salvar un punto y evitar que el Sporting se nos escapase en la clasificación. El pobre objetivo se cumplió, un puntito y a esperar mejores días para el milagro de ganar.
En la crónica del partido que realiza Mario Díaz para “El País”, se califica al Real Zaragoza como “un equipo muy deficiente: flojo en defensa, insustancial en el centro del campo e inexistente en ataque”. De esta forma tan pobre nos valoran en Gijón. Ya no es sólo el grueso de los aficionados y medios de comunicación zaragocistas los que opinan que esta plantilla es desastrosa; eso me tranquiliza, demuestra que no somos unos cenizos recalcitrantes que deseamos el mal de nuestro amado equipo. Desgraciadamente, opiniones como la expuesta anteriormente se extienden como la mancha del Prestige por toda la piel de toro futbolística. Y es algo que, como zaragocista, me duele y mucho.
Por Jeremy North
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