Deseos por cumplir | La Lupa

Málaga 1 – 1 Real Zaragoza

Nos quedan a los zaragocistas muchos deseos por cumplir. Desde el punto de vista histórico, hasta el más concreto del día a día. A diferencia de otras temporadas, ahora los obstáculos son externos. El abrupto mes de enero, con un exceso de frentes abiertos, pasó factura. Ahora que parecía empezar una resurrección, aparecen unos viejos conocidos: los árbitros.

Allá por agosto y septiembre, cuando los primeros partidos de liga ya contaban, y terminábamos una pretemporada no demasiado perfecta, pocos hubieran apostado por llegar en cuartos de final de la Copa del Rey. Siempre hay cosas que, a la hora de planificar, se fían a la ilusión, al “dios proveerá”, pero claro, de vez en cuando la realidad se vuelve lógica y suceden las cosas normales. El exceso de partidos en el mes de enero desnudó a los efectos las carencias de la plantilla. ¿Qué se podía haber seguido en la Copa? Pues sí, claro, si no hubiera habido sancionados, si no hubiesen explotado las lesiones, si las eliminatorias no hubieran sido tan seguidas, si además hubiera habido suerte, en fin…la Copa era una ilusión, pero las olas se nos llevaron por delante. Raya.

En el inmediato presente, con la calma de los días que pasan, los jugadores se han ido recuperando, y los deseos se vuelven a centrar en la liga. El Málaga, rival poderoso y en champions, jugando de local. Pocas expectativas había de sacar algo positivo, y sin embargo, el Real Zaragoza realizó un buen partido, con un derroche de esfuerzo y astucia que devuelve las esperanzas. Empezó bien, sin perder la cara, y con un gran gol de delantero. “Postiga resurrection”. Los deseos de reinicio iban bien encaminados. Pero…ay amigo!!!

De repente un extraño, o mejor dicho, un extraño habitual: el árbitro, que ya tardaba. Una mano sacada de la manga, una mano invisible de una manga inexistente. En fin, para qué seguir. Bastante difícil era ya superar al Málaga como para vencer a estos también. Y aún así, el Zaragoza no se amilanó, siguió bien plantado y los jugadores recientemente apagados, presentaron sus credenciales. Apoño sacó la rabia, factores emocionales en acción, pero también demostró la calidad técnica que atesora y el rol de motor que tiene en este equipo. Ojalá fuese siempre así. “Apoño resurrection”. Cerca de él, José Mari, “el flaco”, recreciéndose como al principio de temporada. “José Mari resurrection”. ¿Y Movilla? Movilla no resucitó porque siempre estuvo ahí. ¡Qué tío!

Hubo ocasiones para ambos equipos, de esas que pueden inclinar la balanza para un sitio y para otro. Tanto Roberto como la defensa supieron mantener el tipo sin perder la concentración. Al final del partido, la sensación era de que se merecía haber vencido. Otro deseo incumplido de este equipo que tiene muchas ganas. Eso es bueno, que los ánimos permanecen y a pesar de estar cerca del infierno, esta gente tiene rabia por demostrar, y por salir adelante. Han venido nuevos fichajes, sobre todo para la zona de arriba, gente joven a la que se le supone hambre de gloria. También dicen que vuelve Romaric, otro deseado, que ha jugado en la Copa de Africa. “Romaric resurrection”? Le pondremos el interrogante del somarda desconfiado, por si acaso. En todo caso, y en tratando de cuestiones de plantilla y equipo, si no surgen más historias extrañas, parece claro que toca crecer.

Si existe algún punto de la temporada al que se le pueda denominar como “punto de inflexión”, tiene que ser éste: venimos de un pequeño bache de deseos reprimidos, y tenemos por delante ocasiones para competir y convencer.. Empezando por el domingo que viene. Hay que acabar de una vez con esa frustración de ser el peor equipo local, y empezar a escalar en la clasificación. Ah, y que en lo institucional las tormentas no lleguen al río. Lo dicho, deseos por cumplir.

Por Ron Peter

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