Una piedra en el camino | La Lupa
FC Barcelona 3 – 1 Real Zaragoza
Hoy me salgo de mi habitual senda rockera para referirme a la canción mexicana «El Rey», donde un cierto Jiménez escribió que «una piedra en el camino me enseñó que mi destino era rodar y rodar». Y el Zaragoza, que va rodando y rodándose por un camino bien trazado por nuestro propio Jiménez, encontró en el Camp Nou una gran piedra en la que era inevitable tropezar.
Todos sabemos cómo está montado este circo, a mayor gloria y riqueza de los dos grandes. Es verdad que algún punto van perdiendo a lo largo de la Liga, y alguna vez les hemos podido mojar la oreja, pero eso es cada año más difícil y hay que ser conscientes de la realidad: lo más normal es darse la hostia con la puta piedra.
Y eso que el Zaragoza no hizo mal partido eh? Que Messi te haga un roto a los pocos minutos entra dentro de lo previsible, y sin embargo los nuestros no le perdieron la cara al partido, que Montañés empató muy pronto. Pero ay!, qué poco le dura la alegría al pobre… Otra vez Messi desequilibró el partido con una asistencia. ¿Y quién marcó el 3-1? Pues eso. El Barcelona con todos sus grandes jugadores no fue tan, tan superior… pero claro, tienen al mejor jugador del mundo.
Si digo que no fue tan, tan superior es porque el Zaragoza tuvo mucha posesión del balón en el Camp Nou, para pasmo de propios y extraños. Si acaso le faltó algo más de mordiente, como la que mostró en el Bernabéu, pese a que allí el resultado fue peor… En Barcelona tiramos bastante a puerta, pero poco entre los tres palos. Aun así no deja de tener su mérito. Pero ellos tuvieron siempre controlado el partido. No creo que nadie tuviera nunca la sensación de que algún punto pudiera escaparse de ese campo.
En cualquier caso, una vez más la imagen fue buena. El equipo demuestra que ha interiorizado lo que quiere su entrenador. Sabe lo que quiere hacer y lo hace. Y casi todos los jugadores con los que cuenta Jiménez aportan algo al conjunto. Digo con los que cuenta… porque luego están los Alamo, Babovic, Wilchez… Estos claramente no cuentan y el entrenador nos deja verlos solo de vez en cuando para que veamos que mucho tienen que cambiar las cosas para que cuenten algo.
Así que el Zaragoza va haciendo camino al andar, como decía el otro… Y si dejamos a un lado los pedruscos… el resto de obstáculos no parecen ya tan insalvables. Lo que vemos sobre el terreno de juego comienza a darnos esperanzas de pasar una temporada más tranquila, siempre que no haya contratiempos indeseados, tanto los que forman parte del propio fútbol como otros que hemos tenido que sufrir en estos últimos años y que han dejado una marcada huella en este Real Zaragoza de nuestros amores y nuestros dolores.
Por Poyet11
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