La posesión de balón | La Lupa
Rayo Majadahonda 2 – 2 Real Zaragoza
La aparición de entrenadores como Guardiola, Rijkaard, Low, etc., durante la década pasada cambió la percepción del fútbol. Estos entrenadores priorizaban la posesión del balón y el dominio en todas las zonas del campo, con lo que las jugadas se construían desde la portería. Para ello se exigía un esfuerzo ejemplar de los jugadores en la recuperación del balón y una calidad especial para controlar y dinamizar el juego a partir del dominio del esférico. Jugando de esta forma España ganó dos Eurocopas y un Mundial, y Alemania se llevó el Mundial 2014. Pero las modas cambian y a partir de la Eurocopa de Francia de 2016, el poderío físico y las transiciones rápidas han sustituido a la posesión de balón como dogma futbolístico. Francia, campeona mundial en Rusia 2018, fue la decimoctava selección en posesión de balón. En realidad, el fútbol es más sencillo de lo que parece, si tienes unos buenos delanteros y una defensa contundente puedes llegar más lejos en las competiciones que otro equipo que posea el control del balón en un 70% del partido pero que no domina ambas áreas.
Y eso le sucede al Real Zaragoza de Víctor Fernández. En Majadahonda los males de esta plantilla mal confeccionada se extendieron a lo grande. El completo dominio del juego en los primeros 40 minutos no sirvió para adelantarse en el marcador, porque ese control exige golpeo, definición, y es justo lo que más le apura al equipo. Sólo un remate de cabeza de Soro al larguero tradujo ese dominio en peligro. Y en la primera llegada clara del Rayo Majadahonda, Ruibal aprovecha la desidia en el centro de la defensa zaragocista para marcar. Se repetía la historia del domingo pasado frente al Málaga.
La galbana con la que aparecieron los jugadores zaragocistas en la segunda parte fue muy importante, y el rival se situó mejor en el césped y tuvo sus mejores minutos con llegadas peligrosas, con un posible penalti de Lasure sobre Isaac Carcelén y con el segundo gol, tras un desajuste defensivo derivado de una pérdida de balón de Gual, que parecía finiquitar el partido. Afortunadamente Soro no se rindió, y consiguió un fantástico gol que reanimó a los zaragocistas, que pusieron cerco a la portería del Rayo Majadahonda, acercándose al gol con dos remates peligrosos de Papu y nuevamente Soro y obteniendo su premio con otro golazo de Eguaras, tras dos intentos suyos anteriores de remate.
El equipo está jugando bastante bien, mejor que en la exitosa segunda vuelta de la temporada pasada, pero le falta la dinamita de Borja Iglesias. Cuando se dominan los partidos se necesita un goleador que tenga capacidad para convertir en gol todo el caudal de juego que se desarrolla en el mediocampo. Cuando no se define arriba se acumulan los problemas, porque se exige entonces una seguridad defensiva absoluta, que aborte los acercamientos rivales y eso es imposible, y más cuando se defiende con escasa eficacia, como sucedió en este partido. Es evidente que se prefiere un equipo con gusto por el balón y que se sitúe eficazmente en el campo y no el completo desbarajuste de los partidos postreros de Idiakez y de la etapa de Alcaraz. Pero sin gol es inútil el esfuerzo organizativo que está realizando Víctor Fernández. Se necesita goleador.
Por Jeremy North.
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