Las aguas bajan agitadas
Las aguas bajan agitadas y no es para menos; Agapito y sus huestes han convertido al Real Zaragoza en el club más débil de 1ª División, Marcelino ya no es un clavo ardiendo porque ya no está y la directiva ve cómo la afición ha desenterrado el hacha de guerra, algo a lo que solamente cabe oponer lo tarde que se ha hecho.
En estos momentos Gerard Poschner, un personaje que sospecho ni es zaragocista, habla de medidas duras, la prensa nos cuenta que hubo palabras fuertes de Agapito en el vestuario y el presidente Bandrés asegura que va a meditar mucho estas Navidades. Incluso El Periódico de Aragón asegura que vendrán más refuerzos de los anunciados. Y yo me pregunto: ¿ahora se dan cuenta?, ¿hemos tenido que hacer en Chamartín el enésimo ridículo del trimestre para que admitan que esto no funciona?, ¿a quién van a echar la culpa de este desastre?, ¿a Marcelino, que está en Asturias?, ¿a Negredo que no quiso fichar y bien que hizo?, ¿a Lendoiro?, ¿a la prensa?,…
Me duele enormemente ver al Real Zaragoza penúltimo, se me revuelven las tripas ante la impotencia de mi equipo y me pongo verdaderamente triste cuando pienso en un más que probable nuevo descenso, pero aún me produce más desazón sentirme engañado, ver como han alimentado traidora y cobardemente mis ilusiones (fichajes anunciados que no se producen, negociaciones que suenan a cortina de humo, mensajes tranquilizadores que no se cree ni el emisor, …), intuir que al mando del equipo hay gente a la que el Zaragoza le importa un comino, comprobar como hemos pasado de ser un equipo simpático y respetado, incluso en los momentos deportivos más bajos, a ser la risa nacional y tener fama de fulleros.
Gracias a Dios ahí queda la historia, no nos pueden quitar el recuerdo de Lapetra, Murillo, Violeta, Arrúa, Rubén Sosa, Señor, Poyet, el Negro Cáceres, Santiago Aragón, Villa, los hermanos Milito, … ni los 6 títulos de Copa, ni las otras 4 finales, ni París, ni Valencia ni las úlceras que tuvieron que soportar gente como Cesáreo Alierta, José Ángel Zalba, Ángel Aznar, Alfonso Soláns Serrano, ni la sana pasión de gentes de todas las clases, de todas las ideas, de todos los orígenes que diez meses al año se han dirigido cada quince días a Torrero y La Romareda a lo largo de casi 80 años, y tantos otros que sufrimos y gozamos a muchos kilómetros de distancia lo bueno y lo malo que le pasaba al equipo del escudo del león, incluidos muchos que ni son aragoneses pero supieron identificarse con esa alma y ese estilo que ahora se están cargando.
Somos zaragocistas, estamos unidos ahora que ha llegado el tiempo más duro de la historia de nuestro club, y no van a poder con nosotros, yo me resisto a la resignación, porque por mucha Sociedad Anónima que dibuje la legalidad, los zaragocistas estamos muy por encima de los papeles, de las figuras jurídicas y de las excusas. Exijamos soluciones, reclamemos transparencia y logremos entre todos poner a cada uno en su sitio y al Real Zaragoza donde le corresponde.
Por Falçao.
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