El aprendiz de brujo
Agapito Iglesias tiene como costumbre, al finalizar la temporada futbolística de rigor, lanzar sus proclamas, plenas de buenas intenciones, en las que insinúa que su política va a cambiar, que va a ser otra persona, más buena, más sabia, menos egocéntrica y sobre todo, más zaragocista. Por ello, en el capítulo de “Buenas Intenciones” del pasado mayo, utilizó un supuesto tono sincero y conciliador para anunciar “sangre, sudor y lágrimas” al zaragocismo, porque a partir de ahora y durante los próximos 6 años tendremos política de austeridad, en contraste con la alocadas vacas gordas de antaño, recortes de fichas, topes salariales, política de cantera y acercamiento a la masa social ¿suena bien, no?. Lo que pasa es que de esta película ya nos conocemos todas las escenas, se ha repetido en las ocasiones suficientes para saber que nada de lo dicho va a ser realizado, y que sólo son cortinas de humo para seguir con la misma política de oscurantismo, personalismo, incapacidad y absurdo.
Si se quiere reforzar el papel del entrenador, flaco favor se le ha hecho a Gay renovándolo un mes después de finalizar la competición. La sensación que se ofrece es que se ha estado buscando a otro entrenador más mediático, y que no se ha encontrado porque las arcas del club están vacías, y se ha tenido que recurrir de nuevo a Gay. El madrileño ha pasado de “entrenador en prácticas” a “interino”, porque no se le ofrece seguridad alguna en el puesto y si se le mantiene es porque es más fácil cesarle a él, con una ficha baja, que a Marcelino García Toral, por ejemplo.
Política de cantera: la afirmación tan campanuda de Agapito sobre el tema queda desmentida en su totalidad por las declaraciones de Ernesto Bello, el responsable de la Ciudad Deportiva: “La cantera no está preparada ahora para tener un mayor protagonismo”. Allí le has dado, animando a los chicos. Entre las declaraciones de Gay, diciendo que no hay nadie del filial que esté llamando a la puerta del primer equipo y éstas de Bello, no queda duda de que las palabras con las que se llena la boca Agapito se evaporan con su saliva. De todas formas, si Bello es capaz de echarse piedras sobre su propio trabajo, ¿cómo es que sigue en su puesto? ¿no debería ser cesado fulminantemente si el mismo responsable de la cantera dice que no hay jugadores validos?. Misterio.
Y por último: el arranque de zaragocismo bufanderil de Agapito se desmiente a los pocos días. Disfraza la descomunal subida del 60% del año pasado con un descuento del 25% por fidelidad al equipo en segunda división. Un parche con el que salvar esa bestial subida de precios del año del retorno. Probablemente hubiese valido mucho más subir el 20% a todo el mundo (sin descuentos y sin engañifas), y ahora si deciden subirlo un 5-10% más, hubiésemos entendido mucho mejor el sablazo. Pero no, eso es demasiado sencillo para las aviesas mentes del “rojillo” Porquera y Agapito. El problema viene ahora, que de golpe nos cuesta el abono un 33% más a la gran mayoría de abonados zaragocistas, incluidos esos que estuvimos en segunda, a los que “se les quería premiar”. Nada de subidas graduales, si se hacen las cosas mejor a lo grande. Abonarse al Real Zaragoza se ha convertido en un lujo que no está al alcance de todo el mundo.
El aprendiz de brujo ha vuelto a intervenir, lo que pasa es que, salvo a unos pocos convencidos, al resto de los zaragocistas sus juegos de magia verbal les resultan infames.
Por Jeremy North.
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