La escalera de Gay

Jose Aurelio Gay ha completado ya una vuelta entera en el banquillo del primer equipo. Si a un entrenador se le juzga sobre todo por los resultados, sin duda la valoración tiene que ser positiva, porque a día de hoy, tiene al Real Zaragoza en mejor posición que cuando llegó, pero… hay muchas cosas que matizar.

En primer lugar, no hay que olvidar cómo llegó Gay al banquillo zaragocista. No fue elegido por su trayectoria como entrenador de primer nivel. Él mismo ha admitido en ocasiones que esta experiencia le está sirviendo de «práctica acelerada». De hecho, nunca fue la primera opción. La SAD mantuvo conversaciones con otros entrenadores y fundamentalmente con Víctor Muñoz, que no fructificaron por la excesiva exigencia del entrenador aragonés, según dicen algunos, o por la falta de seriedad de la entidad presidida por Agapito Iglesias, según dicen otros.

Lo cierto es que Gay se quedó en el banquillo porque no lograron encontrar a nadie más, y el madrileño era una opción barata y obediente, como se demostró sin ir más lejos este pasado fin de semana cuando decidió no alinear a Pulido para retrasar o evitar que llegue a las 20 titularidades que conllevarían su renovación automática, a pesar de que era la opción más lógica por la baja en defensa de Diogo. Pero no, cambió a Ponzio de banda y sacó a Paredes.

Gay ha empleado en ocasiones la metáfora de la «larga escalera» que el Real Zaragoza tendría que ir subiendo para llegar a su objetivo de la permanencia. Si echamos un vistazo al gráfico de la clasificación de la temporada, veremos que cogió al equipo en el puesto 18 antes de comenzar la jornada 15 frente al Real Madrid, el mismo que visitará la Romareda el próximo sábado, y al finalizar esa jornada, con una goleada de escándalo, bajó un peldaño de esa escalera hasta el puesto 19.

Para volver a subir ese peldaño hicieron falta cinco jornadas más y el debut de Eliseu (ante el Espanyol), Jarosik y Suazo (ante el Xerez) y sobre todo Contini y también Colunga (ante el Tenerife). Con la sorprendente victoria en casa ante el Sevilla en la jornada 21 se logró subir un peldaño más para salir por fin de los puestos de descenso. Por cierto que en ese partido debutó Edmilson, que acabaría haciéndose con la titularidad poco después.

En ese «rellano» nos quedamos durante nueve jornadas más. Y seguramente no hubiéramos podido mantener esa posición de no ser porque el enésimo descalabro firmado por Carrizo ante el Sporting en La Romareda llevó por fin a Gay a retirar su confianza al argentino y poner en juego al último fichaje invernal, el portero Roberto cuyo fenomenal debut en Getafe, junto con los primeros goles de Suazo, hizo posible una victoria que dio cierto respiro al equipo en la clasificación.

Mi conclusión en este punto es que la reacción del equipo tuvo mucho más que ver con la aportación de los 7 fichajes invernales que con el acierto de Gay en los planteamientos o en los cambios. Esta vez, a diferencia de lo que ocurrió hace dos años, la SAD hizo lo que tenía que hacer para salvarse: fichar jugadores. Y para nuestro alivio, esta vez acertó en traer a un puñado de buenos jugadores sin tener ni un duro. Algunos vinieron fuera de forma pero no han tardado en ponerse las pilas. Es el caso de Jarosik, convertido en general de la defensa; de Suazo, goleador y gran dinamizador del ataque cuando no le dejan solo; o de Edmilson, referencia en el centro del campo. Por su parte, el «capo» Contini o el valladar Roberto rindieron desde el primer minuto. Los menos destacados han sido Eliseu, que aporta fuerza, pero escasa calidad, y Colunga, reservado por Gay al papel de revulsivo en los últimos minutos de los partidos.

Estos son los jugadores que están sacando las castañas del fuego junto con el comodín Ponzio, el luchador Arizmendi, el recuperado Diogo y el resurgido Gabi, además de Ander Herrera que quizá esté a un nivel más bajo de lo que cabría esperar, pero que aun así aportó criterio cuando tuvo que jugar en el centro del campo y aporta ahora lucha y destellos de calidad en el enganche.

La principal aportación de Gay al equipo ha sido la insistencia en la labor defensiva. Y eso tiene su parte positiva, sin duda, porque por esa parcela se nos han ido muchos puntos. Sin embargo, la contrapartida es la soledad de Suazo en el ataque, con Colunga «castigado» al banquillo por su supuesta deficiencia defensiva y Ander obligado a retrasar su posición para consolidar el centro del campo en lugar de buscar más el enlace con el delantero. Esta obsesión por la defensa ha llevado a Gay a perder buenas oportunidades en partidos donde si no se consiguieron más puntos fue más por deméritos nuestros que por méritos de los rivales, como en Valladolid, Almería, Santander, Pamplona e incluso Bilbao o en la Romareda ante el mismo Mallorca. Por supuesto, no se pueden ganar todos los partidos, pero hay ocasiones en los que se puede ir a por un partido, y Gay raramente lo hace.

Y es ese conformismo, en mi opinión, el que ha hecho que el colchón de 7 puntos que teníamos al final de la jornada 30, en la que subimos un peldaño más de la escalera tras la victoria en casa ante el Málaga, se haya reducido a tan sólo 2 puntos en tan sólo tres jornadas, justo antes de que nos visite el Real Madrid el próximo sábado.

De los rivales que pueden alcanzarnos, el Tenerife juega en casa del Atlético de Madrid, que parece haber tirado ya toda opción de entrar en Europa vía Liga, y el Málaga, eso sí, lo tiene más difícil en Mallorca, pero con todo existe la posibilidad real de que volvamos a puestos de descenso y nos encontremos de nuevo prácticamente en el mismo punto donde estábamos cuando Gay se hizo cargo del equipo. Tanto luchar y luchar por aferrarnos a un peldaño más durante tantas jornadas y de repente podríamos encontrarnos de nuevo al pie de la misma escalera. Ojalá no. Pero ante un rival tan potente como el propietario del Bernabéu, que lucha todavía por el campeonato de Liga con el todavía más potente Barcelona, hay que reconocer que somos los que más difícil lo tenemos de todos los que luchan por la supervivencia y por tanto, si bien no podemos tirar la toalla en La Romareda, no cabe duda de que mucho depende de lo que ocurra en otros campos.

Sea como sea, el próximo lunes sólo quedarán 4 partidos: un Depor que quizá se juegue poco, pero siempre peligroso en su campo y con un Lendoiro seguramente muy interesado en que su equipo nos haga la puñeta; un partido a vida o muerte en casa ante el Espanyol; una salida en la que sólo valdrá la victoria ante el Xerez; y, según lo que haya ocurrido en esos partidos… algo que sería demasiado para los corazones zaragocistas: jugarse la permanencia en el último partido ante un Villarreal que lucha por Europa.

Por Poyet11.

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