La luz se ve al final del túnel

Mucha gente decía en la jornada 9 que el Real Zaragoza era patético y ya lo daban por descendido, a lo que yo respondía:

Todavía es pronto, aún queda mucha liga… Pero la realidad era que el Zaragoza iba colista y eso no me lo podía quitar de la cabeza.

Los partidos en casa daban muy poca esperanza a los aficionados.

En la jornada 10 llegaría nuestra primera victoria en esta liga, tarde, sí, pero llegaba al fin y al cabo, eso proporcionaba un mínimo halo de esperanza a todo el zaragocismo que celebraba el gol in extremis de Gabi de penalty como si fuera la final de la champions.

En la jornada 12 llegaba una nueva etapa, «un nuevo proyecto», una nueva ilusión. Aurelio Gay dejaba el banquillo a Javier Aguirre y también lo dejaba un mítico en este equipo: Nayim.

Aguirre llegaba en unos partidos en los que las probabilidades de ganarlos eran muy escasas, no obstante en las salidas el equipo respondió.

Llegó el parón navideño, se pronosticaban fichajes y mediada la primera mitad de enero el equipo seguía siendo el mismo. Pero algo cambió en el primer partido después de dicho parón, el equipo sabía que venían partidos importantísimos y que no podían bajar los brazos, así lo hicieron.

Ganaron a la Real Sociedad en un partido en el que el equipo demostró su mejor cara, se ganó por la mínima, pero se ganó, otra victoria in extremis pasados los 90 minutos, otra victoria para soñar y para creer en este equipo, que con sus limitaciones demuestra que aún está vivo en esta liga, y que los equipos que vengan no se van a llevar los tres puntos sin jugar.

Después llegó el ridículo de Cornellá, el Zaragoza daba las asistencias a los delanteros del Espanyol. Lamentable.

Los jugadores se disculparon, pero hubo una pequeña revuelta por los cobros atrasados, quedó en anécdota.

Llegó el sábado 15 de enero, último partido de la primera vuelta, rival asequible: un levante que acababa de ascender y estaba repleto de bajas para este partido.

Este partido lo apodaré como el partido de la niebla, porque los protagonistas no fueron los 22 jugadores en el terreno de juego, fue la niebla.

Un gol de Gabi, que recortaba de manera perfecta a un defensor del levante y tiraba, nos hacía soñar con salir del descenso. Pero esa ilusión se vió truncada por la victoria del Sporting de Gijón.

Peleando llegarán las victorias, no sólo en casa, sino también fuera.

Este equipo es nuestra ilusión, no dejéis que caiga en el olvido.

Por SW4T96.

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