Suscripción de acciones del Real Zaragoza
Hace un mes escribí un artículo explicando todos los detalles de la Operación Acordeón. En él planteaba que los pequeños accionistas nos encontramos ante la disyuntiva de adquirir acciones o quitarnos de en medio y dejar que sea Agapito quien las compre. Y esto no sólo implica hacer uso de nuestros derechos preferentes, sino que quien no quiera hacer uso, los ceda a quien sí quiera. Pero esto tenía un inconveniente económico que ahora se ha eliminado. Si quieres saber cómo se transmiten derechos (o acciones), este artículo te interesa.
Como ya es sabido, la Operación Acordeón consiste en una reducción del capital y en dos ampliaciones posteriores. En la primera ampliación, cada acción antigua da derecho preferente a adquirir un máximo de 15 acciones nuevas con un valor nominal de 1 euro cada una, más tres euros de prima de emisión. Hacer uso de todos los derechos supone gastarse 60 euros en acciones nuevas por cada acción antigua.
El Real Zaragoza tiene previsto que todas las acciones que sobren tras la primera fase de la primera ampliación, se ofrezcan a los accionistas que hayan comprado acciones, y entre ellos sin duda estará el accionista mayoritario, Agapito Iglesias, que ya ha declarado su intención de hacer uso de su derecho preferente y de adquirir todas las acciones que pueda.
¿Sobrarán acciones? Es muy fácil que así sea, porque hay accionistas que no tienen intención de hacer uso de sus derechos preferentes de suscripción de nuevas acciones, ya sea por no estar conformes con la operación, o porque consideran que es un gasto que no les reporta ni dividendos ni capacidad de influencia en la SAD, o porque no les va bien gastarse el dinero, en fin, por la razón que sea.
Sin embargo, tal como puede verse en el Boletín de suscripción enviado por el Real Zaragoza a sus accionistas, los derechos preferentes se pueden transmitir (ceder o vender) a otras personas por separado de las acciones que los conllevan. De modo que un accionista A, que no quiera ejercer sus derechos, si lo desea, puede transmitirlos a un accionista B que sí esté dispuesto a ejercerlos. Al accionista A lo llamaremos cedente y al accionista B lo llamaremos cesionario (dando por hecho que esta transmisión es una cesión, sin ánimo de lucro).
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Hay que señalar que el cesionario ha de ser accionista porque es obligado serlo para poder ejercer derechos preferentes de suscripción; si un accionista quiere ceder sus derechos a una persona que no sea accionista, una solución es transmitirle al menos una de sus acciones antiguas, pero esto puede que el cedente no lo quiera hacer.
Además, hay un obstáculo importante para las cesiones de derechos y es que si se hacen mediante escritura notarial, tal como se indica en el boletín de suscripción, tienen un coste mínimo de unos 150 euros, que se antojan prohibitivos para la economía de la mayoría de los accionistas minoritarios.
Ahora bien, los Estatutos del Real Zaragoza establecen que el único requisito para transmitir acciones (o derechos) es notificarlo al club (ver imagen).
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¿Por qué se pide en principio la escritura notarial? Porque con ella el comprador de acciones (o cesionario de derechos) puede acudir al club y demostrar de forma totalmente fehaciente que le corresponden las acciones (o derechos) que figuran en la escritura.
Pero dado el obstáculo que suponen los 150 euros de coste de la escritura notarial para que se realicen estas transmisiones de derechos (o acciones), pregunté al Real Zaragoza y a su notario si existía algún otro sistema menos gravoso. El Real Zaragoza realizó las consultas pertinentes y resulta que hay otra forma perfectamente legal de que el club tenga constancia fehaciente de las transmisiones de acciones (o derechos): que las personas implicadas se presenten físicamente en las oficinas del club para realizar la notificación, con la importante ventaja de que el coste de la gestión es cero.
Así las cosas, el Real Zaragoza se ha mostrado dispuesto a atender las peticiones de todos los accionistas que deseen realizar transmisiones de acciones o derechos en las oficinas del club. Parece ser que lo van a organizar de manera que se pueda hacer la gestión en el mostrador, pero no obstante ante cualquier dificultad, hay que preguntar por Paco Checa, el secretario general. Tampoco está de más que, antes de ir, los interesados llamen por teléfono al club para comunicar que van allí con esa intención y confirmar la documentación que tienen que llevar, que según parece es el DNI, el boletín de suscripción y los títulos de las acciones.
Por último, señalar que, una vez finalizada la ampliación y canjeados los títulos antiguos por los nuevos, los accionistas que lo deseen podrán utilizar este mismo procedimiento para transmitir algunas de las acciones nuevas que hayan comprado a otras personas que no sean accionistas. Es decir, que si no eres accionista y tienes un amigo que sí lo es, quizá puedas llegar a un acuerdo con él para adquirir alguna acción al finalizar la primera ampliación.
Quiero terminar agradeciendo al Real Zaragoza que se haya mostrado sensible a la demanda de una solución para facilitar las cosas a los accionistas minoritarios. Es verdad que las conversaciones para llegar a esta solución se han alargado bastante, sobre todo con las vacaciones de Semana Santa de por medio, pero finalmente ahí está y todavía queda tiempo para que los accionistas que lo deseen puedan acogerse a ella.
Por Poyet11.
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