Getafe CF 2 – 0 Real Zaragoza | Crónica

S’ha feito de nuey

Si nos falta fe, si nos falta confianza, si nos falta creer es que no hay futuro. Si nos faltan jugadores que son importantes cada partido, si partidos como el de hoy anulan encuentros como el de Málaga o Valencia es que no hay futuro. Y si lo que Manolo Jiménez propone como idea para abandonar el túnel es poner cojones es que no hay presente.

El alma plana y seca que hoy ha mostrado el Real Zaragoza sobre el césped del estadio que hace unos meses acogió una de las jornadas más hondas que el zaragocismo haya vivido a lo largo de sus casi 81 años de vida es el reflejo de un cuerpo al que los gusanos del miedo están empezando a devorar. El partido ha sido horrendo y los jugadores han protagonizado un choque del que muy pocos párrafos futbolísticos podemos extraer. Desde el primer momento el Getafe, muy cómodo en su piel y encantado de haber conocido, ha sabido que ante él había un equipo sin ambición, sin ideales ni ideas y por eso se le ha dibujado al equipo del sur de Madrid una sonrisa entre sarcástica e incrédula que le ha acompañado a lo largo de los noventa y pico minutos. Tan sólo un par de disparos desde el borde del área de este chico, Rochina, que parece que en Inglaterra no tocó un balón en meses, ha aportado el equipo de Jiménez al choque, porque poco después Pedro León ha recogido un magistral pase y le ha dado la oportunidad a Colunga de que amartillase a su ex-equipo con un gol que ha cerrado el partido. Y sólo era el minuto 21.

Ni asomo de reacción ni atisbo de fútbol por parte avispa. El centro del campo era una sala de máquinas sin maquinaria y la defensa un monumento a la mediocridad en el que Loovens desespera con su lentitud y sus escasos recursos técnicos y Sapunaru se ha convertido en una sombra con la marca de Transilvania. Todo ello, sumado a la ineficacia de Rochina y el embrollo que ha fabricado Montañés cada vez que ha pretendido desbordar por su banda a Miguel Torres, ha servido para construir un lienzo paupérrimo en el que apenas da para poder contemplar un Ecce Homo inacabado. Mientras el Getafe, sin hacer nada interesante salvo mover con agilidad sus peones, ha podido cerrar una primera parte fértil, el Real Zaragoza ha apagado las pocas velas gastadas y manchadas de cera sólida que le quedaban. Poca o nula esperanza hemos podido encontrar en nuestras mochilas y para la segunda entrega nos hemos dispuesto a esperar lo peor.

Que ha llegado. El equipo zaragocista no ha despertado, la poca sangre que le quedaba se ha evaporado y para colmo de fatalidad, la mal suerte se ha presentado a la puerta de nuestros hogares para ofreceros sus servicios. Loovens, torpe e ineficaz durante todo el partido, ha sido expulsado por doble tarjeta amarilla, pero eso, con ser malo, no ha sido lo peor. De la falta consiguiente ha nacido un gol inesperado cuando el balón ha rebotado en la barrera y ha entrado ante la estupefacción de Alcolea. ¿Ha muerto el Real Zaragoza en ese momento? No, pues ya lo había hecho en el minuto uno. Ha seguido, eso sí, divagando, ofreciendo una propuesta holgazana y digna de un vagabundo que recurre a la sopa boba para subsistir. Ni los que estaban ni los no muy bien aceptados cambios de Manolo Jiménez han tenido capacidad para mantener vivo el partido. Ni tampoco cuando Pedro León ha sido expulsado o el árbitro ha invalidado un gol, el tercero, del Getafe. Nada ha sido y nada habría servido para recuperar el rumbo del grupo.

El partido ha tenido un final lánguido, en el que han cabido bastantes minutos de la basura, tantos como más de 90, pues eso ha sido el partido: una escultura de basura, una sinfonía de detritus, un poema a las cloacas, un fresco a la desidia. Ni un sólo minuto ha creído el equipo en sí mismo y aquellos jugadores que hasta hace poco habían sido símbolos de fe y madurez hoy nos han mostrado el lado lamentable de su interés por la vida. Y aquel entrenador que construyó el milagro más grande nunca concebido ha tenido que salir a la sala de prensa para explicar que lo que hacen falta ahora son cojones. No está mal como declaración de intenciones, pero se me ocurre pensar que también harán falta calidad y talento, ¿no? Porque si hay algo en lo que estamos todos los zaragcistas de acuerdo es en que a este equipo se le ha hecho de noche.

Ficha Técnica

Getafe C.F.:
Moyá; Miguel Torres, Fede Fernández, Alexis, Escudero; Borja, Lacen; Pedro León, Abdel Barrada (Hugo Fraile, min. 87), Diego Castro (Gavilán, min. 82); Colunga (Álvaro, min. 74).

Real Zaragoza:
Alcolea; Sapunaru, Loovens, Álvaro, Abraham; José Mari, Movilla (Víctor, min. 50); Rochina (Edu Oriol, min. 76) Stefan (Fernández, min. 72), Paco Montañés; Helder Postiga.

Goles:
1-0, min. 20: Colunga; 2-0, min. 60: Escudero.

Árbitro:
Muñiz Fernández (Comité Asturiano). Mostró cartulina amarilla a Alexis (min. 31), Borja (min. 50), Lacen (min. 52) por parte del Getafe, y expulsó con doble amonestación a Loovens (min.49 y 59) por parte del Zaragoza y a Pedro León (min. 62 y min. 63) del Getafe.

Incidencias:
Partido correspondiente a la vigésimo sexta jornada de la Liga BBVA disputado en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe ante unos 8.000 espectadores.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Alcolea: 2. No ha podido hacer nada en los goles y el reto del trabajo lo ha solventado eficazmente.
Sapunaru: 1. Muy alejado de las líneas de ataque del Getafe, se le ha visto descolocado y débil en el corte.
Loovens: 0. Lento, torpe y sin recursos, su absurda expulsión le ha hecho daño al equipo.
Abraham: 1. El primer gol ha venido por su banda, cuando no ha sabido defenderla bien.
Álvaro: 3. Bien en tareas defensivas y valiente a la hora de salir con el balón controlado.
José Mari: 2. Ha tenido momentos de fortaleza que ha combinado con instantes de debilidad y nerviosismo.
Movilla: 2. No juega a gusto en la ubicación que le proporciona Jiménez. Ha sido sacrificado y su hueco se ha notado.
Babovic: 1. Caracoleador y superficial, su patrón se ha perdido en los amagos y los pases cortos.
Montañés: 2. Ha empezado activo y dinámico buscando al contrario y tratando de abrir líneas de pase interesantes, pero se ha embarullado excesivamente.
Rochina: 2. Tiene una gran calidad individual, pero no aporta espíritu de grupo. Casi siempre ha elegido mal entre sus opciones.
Postiga: 2. Muy luchador y muy aislado. Ninguno de sus inverosímiles remates ha llegado a la portería de Moyá.
Víctor: 1. Muy aislado y pegado a la línea de banda, casi nunca ha encontrado huecos por los que progresar.
Edu Oriol 1. No ha participado mucho en el juego y su presencia pasa inadvertida hasta para sus compañeros. 
Fernández: 1. Ha salido demasiado tarde. Sus carreras han demostrado que podía ofrecer frescura, pero ha salido muy tarde.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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