Real Zaragoza 0 – 1 Getafe CF | Crónica

Nadie es mejor que nadie

Pues bien. Recojamos nuestras armas y bagages y dediquémosle una última mirada al campo de batalla en el que yacen nuestros guerreros, exhaustos. Busquemos el horizonte hacia el que deberemos dirigir nuestros pasos y roguemos por que la ira que nos consume no impida que podamos vislumbrar la salida, hoy negra y oculta por las heridas recibidas.

Manolo Jiménez resumió con apesadumbrada voz lo que ayer sentía el zaragocismo. “Hay que levantarse, aunque nos cueste, porque el Real Zaragoza es lo más importante. Porque por encima del Real Zaragoza sólo está la Virgen del Pilar”. ¿Hay mejor titular? ¿Quedan palabras más ciertas en el diccionario? Pues eso es lo que La Basílica expresó ayer al final del partido con esa cerrada ovación a sus jugadores, reunidos en el centro del campo para firmar una comunión que, por lo visto, va a hacer falta reactivar.

Jiménez planteó un partido valiente, ofensivo. Quería ganar porque necesitaba ganar, así que le pidió a Aranda que se dispusiese a participar desde el principio. Para eso tuvo que dejar a un mediocentro en la banqueta y optó por Apoño, dándole así una nueva oportunidad a Romaric, su jugador estandarte. Que no le defraudó, una vez más. Con una entrada desafortunada le pidió a gritos a Muñiz, un árbitro que nos hizo recordar al peor Segrelles, que ya es recordar, que le enseñase por dónde se va a la ducha. Y eso cuando sólo llevábamos ocho minutos de partido. A la basura toda la semana; a la basura la idea de partido; a la basura toda la basura.

Cambio de guión. ¿Movilla por Montañés? ¡No! Movilla por Víctor. Cambio motivado por los galones, sin duda. La Romareda desaprobó la decisión, pero de nada sirvió, así que a jugar. El partido entró en una fase negra, de alambre, en la que las piernas de los jugadores se enredaban en los cuerpos contrarios. Golpes, agarrones, empujones. De esa situación se fue saliendo poco a poco y el que mejor la aprovechó fue el equipo aragonés, que se hizo con el balón pese a jugar con diez.

El derroche físico estaba siendo muy importante pero la claridad futbolística de Movilla era el mejor argumento para seguir en la pelea, hasta tal punto que Postiga disfrutó de una muy buena ocasión que no cerró e incluso e propio Movilla se atrevió con un chut lejano aunque sin peligro. A esa buena imagen contribuyeron también José Mari y Aranda, el primero barriendo los Monegros con su impresionante despliegue físico, y Aranda agitando las arboledas en una lucha sin cuartel de la que salió siempre vencedor. Mientras tanto, el Getafe, flácido y sin ambición, jugaba a no jugar y esperaba que el contrario se cayese por desgaste y surgiese alguna ocasión propicia que le acercase la victoria.

Y eso sucedería. Sucedería porque el árbitro lo quiso. Si en la primera parte animó el cotarro con su parcial interpretación del partido, en la segunda lo remataría con una sucesión de decisiones inequívocamente perjudiciales para los intereses del Real Zaragoza. Y le daría carta de naturaleza a su mal trabajo señalando penalty y expulsión de Álvaro en el minuto 18. La bronca fue monumental, pues la afición estalló indignada ante lo que consideró un atropello inadmisible. De nada sirvió y Diego Castro ejecutó el castigo consiguiendo un inmerecido gol que le supondría la victoria al equipo madrileño.

Con nueve, muertos por el desgaste y hundidos moralmente por la persecución arbitral de un profesional inepto y soberbio en su mediocridad, el partido se puso de cara para los forasteros, que dispusieron de varias ocasiones que no concretaron, algunas de ellas dignas de aquel buen chico sudamericano que las fallaba con la puerta vacía o se caía en su presentación. O también porque Roberto solucionaba los balones que le llegaban con la solvencia que le caracteriza.

Poco antes de acabar, apelando a la Historia, implorando a la Virgen del Pilar que nos echase una mano, Postiga pudo haber empatado, pero su cabezazo de nuevo fue detenido por un buen Moyá, acabando así con la ilusión de los zaragocistas. Y recordándonos de dónde venimos y a dónde puede que volvamos a ir.

Llega ahora el peor de los escenarios. Llega el maldito parón que tanto daño hace si tus heridas sangran en abundancia y no sabemos si tenemos con qué cortar la hemorragia. Ahí le queda eso a Manolo Jiménez. Ahí le queda eso a los jugadores. Ahí nos queda eso, amigos.

Ficha Técnica

R. Zaragoza:
Roberto; Sapunaru, Alvaro, Paredes, Abraham; José Mari, Romaric; Víctor (Movilla, min.15), Postiga, Montañés (Zuculini, min.54); y Aranda (Apoño, min.66).

Getafe C.F.:
Moyá; Valera, Rafa, David Abraham, Torres; Xavi Torres, Lacen (Pedro León, min.25); Lafita (Gavilán, min.60), Barrada, Diego Castro; y Alvaro (Paco Alcácer, min.70).

Gol:
0-1. min.66. Diego Castro (penalti).

Arbitro:
Muñiz Fernández, del C. Asturiano. Expulsó con tarjeta roja directa a los locales Romaric (min.10) y a Alvaro (min.63) y al visitante Barrada (min.85). Amonestó con tarjeta amarilla a Postiga, José Mari, Abraham y Sapunaru por el Zaragoza y a David Abraham y Xavi Torres, por el Getafe.

Incidencias:
partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 18.000 espectadores.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Roberto: 4. Muy bien. Resolvió magníficamente todos los balones con los que tuvo que discutir y casi detiene el penalty.
Sapunaru: 4. Estuvo luchador, eficaz y contundente. Y está ganando enteros como eficaz pivote en la estrategia.
Paredes: 4. Ayer fue un central rápido y muy bien ubicado. Son sus mejore virtudes y las explotó con madurez.
Álvaro: 3. Empezó lento y casi nos cuesta un gol, pero se reactivó y jugó un partido muy inteligente. No hizo penalty y fue injustamente expulsado.
Abraham: 3. Sacrificado y mejor asentado, volvió a cumplir bien en tareas de despliegue por la banda.
José Mari: 5. Hizo un gran partido. Le tocó jugar, de nuevo, por dos, pero esta vez de verdad y está demostrando que su trabajo, hoy, es fundamental para el equipo.
Romaric: S.C. ¿O le ponemos un cero por su inadecuada acción?
Movilla: 5. Inmenso. Conquistó el centro el campo y se quedó con él. No hubo balón que asomar la nariz por allí que no acabase en sus botas. Su clarividencia es un diamante en este grupo.
Víctor Rodríguez: S.C.
Montañés: 2. Se cerró demasiado en la banda, de la que no supo salir cuando sus balones eran necesarios en el área.
Aranda: 4. Luchó, sujetó a la defensa, los encaró…Se los llevó de calle, vaya. Fue un jugador vita para mantener la tensión en el grupo y su presencia hace mejores a sus compañeros.
Postiga: 3. Consiguió llegar con más opciones a los remates gracias a los aclarados de Aranda. Lástima su falta de vehemencia a la hora de definir.
Zuculini: 3. Lo dio todo. Se vació, luchó, se incorporó al ataque, chutó a puerta…Le falta concretar su propuesta.
Apoño: 3. Su presencia junto a Movilla fue una buena noticia. Mezclan bien, se siente libre y aporta muchas cosas en ataque.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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